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El Autor.
Nació en Roma, el 25 de septiembre de 1966. Estudió
biología, aunque no acabó la carrera.
Galardonado con el Strega y el Viareggio, los premios
más prestigiosos de Italia. Es uno de los autores
italianos más apreciados en el extranjero, y,
para algunos, el mejor escritor de su generación
dentro de su país. Sus libros se han traducido
a más de cuarenta idiomas. No tengo miedo
es considerada como su obra maestra y ha sido llevada
al cine.
La Obra. 131 páginas de fácil
lectura, que se pueden terminar en una sola tarde. Prosa
sin complicaciones pero suficiente para configurar un
relato perfecto, capaz de suscitar la magia de la ternura
y dejarnos, finalmente, un sabor agridulce. Casi me
atrevería a decir que, aunque no se trata de
una obra maestra ni lo pretende, sí resulta un
libro hermoso y será muy difícil que deje
a alguien indiferente.
El
protagonista, Lorenzo, es un adolescente solitario,
introvertido, que se sabe especial, y que lógicamente
preocupa a sus padres, conocedores de su rechazo en
el colegio por parte de sus compañeros, a pesar
de intentar, todo lo que puede, parecerse a ellos. Un
día encuentra una solución para que sus
progenitores dejen de agobiarse por él y se inventa
una invitación de sus compañeros de instituto
a pasar la semana blanca esquiando en Cortina de Ampezzo.
Prepara la bolsa, los esquís y el dinero y en
vez de marcharse a bajar pendientes se encierra en el
trastero, donde, con unas latas, una cama, crema de
auto bronceado y, por supuesto, una playstation, decide
aislarse del mundo que le agobia, y durante unos días
pasar las vacaciones soñadas, sin amigos, que
no tiene, sin padres, sin presiones. Pero su reducto
de paz se ve invadido por su hermanastra, nueve años
mayor que él, que acude a pedirle ayuda.
La obra refleja la angustia de la adolescencia, con
sus inseguridades, camino de la superación o
del hundimiento a la que pueden conducir las circunstancias
en esa época tan frágil de la vida.
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